Escocia es un país que necesita ser recorrido, despacio, sin prisas, y sin el cronómetro en la mano. De no hacer este tipo de viaje, no cabe duda de que tendremos que repetir.
Han sido muchos los lugares que hemos visitado y muchos también los que se han quedado fuera del recorrido, incluso algunos de los previstos no han podido realizarse, aun así, visitar Escocia como hemos hecho merece la pena.
Las Highlands, Edimburgo, Glasgow, St. Andrews, Isla Skye, sus castillos, sus palacios, sus batallas, su música, sus cervezas, el whisky, el haggis, la morcilla, sus dulces, los lagos, el monstruo, los clanes, el tartan y un muy largo etcetera, dan a esta tierra ese sabor mágico que desprende y del que en un recorrido más pausado llegaríamos a empaparnos.
Hemos de dar las gracias a nuestro guía, Juanma, y a nuestro chofer, George, por su buen hacer, su cercanía y su profesionalidad, estamos seguros de que sin ellos el viaje hubiese sido menos agradable.
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